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jueves, 17 de marzo de 2011

Razones del Sesgo Económico de la Región Caribe

El conocido economista e historiador Adolfo Meisel Roca, en un prodigioso trabajo sobre un aspecto de la historia económica de nuestra región, titulado ¿Por qué perdió la Costa Caribe el siglo XX?, afirmaba entre sus contundentes conclusiones: “El fracaso económico de la Costa Caribe es uno de los hechos más protuberantes del desarrollo económico regional de Colombia en el siglo XX. Entender por qué ocurrió el dramático empobrecimiento relativo de esta región del país es de la mayor importancia si se quiere lograr el diseño de políticas económicas que la conduzcan a una convergencia con el resto de la nación.”

Meisel sustentó con solidez tal afirmación abordando algunas variables muy dicientes del papel de la región Caribe en el conjunto de la economía nacional.  De todas formas, aunque el trabajo en mención explica los factores eminentemente socio-económicos que han podido ocasionar el fenómeno, y solo se refiere a un factor político algo tangencial como lo es la baja representación “costeña” en los gabinetes ministeriales de los gobiernos nacionales del período, no cierra las puertas a la alternativa de ahondar en otros factores políticos más estructurales que hayan podido influir en el rezago regional. El propósito fundamental de este escrito es ese.

El énfasis puesto por las élites interioranas, desde el poder político, por fomentar la economía cafetera, desdeñando el apoyo a sectores como el algodón, el banano y la ganadería, incidió en que la participación de los productos de la Costa Caribe colombiana en el total de las exportaciones  de Colombia entre 1891 y 1950 haya descendido del 11,9% al 4,5%.  La ausencia de una política consecuente de defensa de los recursos nacionales que facilitara la ingerencia del Estado en la explotación que del banano hacía la United Fruit Company en el Magdalena, tal vez contribuyó a que la crisis del mercado exterior del producto desde 1925 hubiera incidido sustancialmente en la relativa depresión del sector, reflejada en que el Caribe colombiano participó con las exportaciones de banano en el total de las exportaciones colombianas entre 1906 y 1950, con porcentajes que oscilaron apenas entre el 2.4% y el 9.7%, frente a otros productos.  La vocación ganadera de la región, que se proyectó desde fines del siglo XIX, se eclipsó en la primera mitad del siglo XX. Este hecho se hizo notable en que, para 1950, los departamentos del Atlántico, Bolívar y Magdalena, sumaban sólo el 29.45% del total del ganado existente en el país.  En este período no existieron políticas gubernamentales de estímulo, apoyo y regulación de la economía ganadera, que evitaran el contraste inconcebible, de que la región de frontera marítima estuviera en desventaja, en cuanto a exportación de carne, cor respecto a otras regiones del interior de país.

El interés de los gobiernos de la Hegemonía conservadora en impulsar la consolidación del puerto de Buenaventura, después de la apertura del canal de Panamá y la construcción del ferrocarril del eje cafetero hacia ese puerto, debe tenerse en cuenta como una de las causas de que: La participación del puerto de Barranquilla en las exportaciones totales de Colombia entre 1922 y 1950 haya descendido del 57,47% al 24,16%

Generalmente, cuando se presentan cifras que sustentan el despegue o auge de una región con respecto al resto de una nación en determinado periódo; o se describen etapas de consolidación macroeconómica de una región, estas coinciden con procesos de expansión demográfica.  Claro está, si tales proceso estuvieron acompañados por políticas coherentes de asimilación y distribución de las fuerza laboral emergente que ofrece el crecimiento poblacional. Por eso, para el caso de nuestra región, las cifras que describen el rezago regional, son más sorprendentes, si se tiene en cuenta que en este período la población del Caribe colombiano presentó una tasa de crecimiento anual siempre superior a la tasa promedio del país: de 1905 a 1918 3.5% ante 2.5% a nivel nacional. De 1918 a 1938 fue del 2.7 ante 1.6 de todo de país y de 1938 a 1951 de 2.3 sobre el 2.2 de la tasa de toda Colombia.   Aunque en el trabajo de Meisel se presenta como uno de los factores del fracaso económico, el mayor crecimiento demográfico de la costa, desde la óptica crítica de la historia política, se puede pensar que tal fenómeno evidencia la incapacidad de las élites gobernantes tanto regionales como centrales, para canalizar provechosamente ese crecimiento poblacional.  Con mayor grado de responsabilidad para las autoridades nacionales por el carácter centralista del sistema político. Esta reflexión se podría apuntalar en el hecho de que la Costa Caribe colombiana participó en la inversión del gobierno central en infraestructura realizada en el período, 1918 – 1929 sólo en un 13%.   El factor político que presenta Meisel como uno de los agentes del rezago, es la participación de la Costa en la conformación de los gabinetes ministeriales, cuando nos ilustra que entre 1900 y 1975 fueron nombrados 60 ministros de origen costeño, lo que equivale al 13% del total de los ministerios del país en ese periódo.  Si se tiene en cuenta que los ministros son principalmente ejecutores de los planes presidenciales en cada área, esta cifra en vez de indicarnos la baja participación burocrática del Caribe en el ejecutivo, afianza la idea del peso que tiene el sistema político centralista en el rezago regional, puesto que el 13% mencionado coincide con el de participación en las inversiones.   Por tanto, hay que buscar las razones de la discriminación es en el quehacer político de los representantes regionales en el poder legislativo y en las gestiones de los gobernantes locales, dentro del marco de las relaciones de poder del sistema centralista y como expresión de la cultura política nacional y regional de la época.

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